lunes, 11 de mayo de 2009

¿Darías la vida por tu hijo?

La "madre coraje" que prefirió ofrecer su vida antes de aceptar la operación que le costaría la vida a la niña que llevaba en su vientre.

"La tendremos que someter a una intervención quirúrgica, o de lo contrario su vida está en riesgo mortal". Quizá estas fueron las palabras del médico que atendió a Gianna Beretta, una italiana, quien estando enferma de cáncer, decidió seguir adelante con el embarazo de su cuarto hijo antes que someterse a una operación que la pudo haber salvado, a costa de la vida del no nacido.

Transcurridos 31 años, el Papa Juan Pablo II beatificó el 24 de abril de 1994 y luego de 10 años la canonizó el 16 de mayo del 2004, convirtiéndola en un símbolo de la defensa de la vida.

¿Quién fue?

Gianna fue la séptima de trece hijos, de una familia de clase media de Lombardía (al norte de Italia), estudió medicina y se especializó en pediatría, profesión que compaginó con su tarea de madre de familia. Quienes la conocían dicen que fue una mujer activa y llena de energía, que conducía su propio vehículo algo poco común en esos días, esquiaba, tocaba el piano y disfrutaba yendo con su esposo a los conciertos en el conservatorio de Milán.

El esposo de Gianna, el ingeniero Pietro Molla, recordó hace algunos años a su esposa como una persona completamente normal, pero con una indiscutible confianza en la Providencia.

Según el ingeniero Molla, el último gesto heroico de Gianna fue una consecuencia coherente de una vida gastada día a día en la búsqueda del cumplimiento del Plan de Dios. "Cuando se dio cuenta de la terrible consecuencia de su gestación y el crecimiento de un gran fibroma recuerda el esposo de Gianna su primera reacción, razonada, fue pedir que se salvara el niño que tenía en su seno".

La protagonista del milagro, ocurrido el 9 de noviembre de 1977 en un hospital brasileño, fue una joven parturienta quien se curó de una septicemia (infección generalizada del organismo). Las religiosas del hospital habían pasado la noche encomendando su curación a la intercesión de Gianna, cuya figura les era conocida porque el promotor del hospital era un hermano de la beata, médico y misionero capuchino en ese país. El Papa aprobó el decreto que reconocía sus virtudes heroicas y la beatificó.

"Al buscar entre los recuerdos de Gianna algo para ofrecerle a la priora de las Carmelitas descalzas de Milán, recuerda el esposo de la beata Gianna Beretta, encontré en un libro de oraciones una pequeña imagen en la que, al dorso, Gianna había escrito de su puño y letra estas pocas palabras: "Señor, haz que la luz que se ha encendido en mi alma no se apague jamás".

Con ésta y otras anécdotas, combinadas con emotivas reflexiones, Pietro Molla reveló los perfiles desconocidos de su esposa Gianna Beretta, fallecida en 1962, beatificada el 24 de abril de 1994 y canonizada el 16 de mayo del 2004 por el Papa Juan Pablo II. En una emotiva entrevista concedida a la periodista Giuliana Peluchi, Pietro dibujó un perfil de Gianna que definió con una sola frase: "Mi esposa era una santa normal".

La "madre coraje" que prefirió ofrecer su vida antes de aceptar la operación que le costaría la vida a la niña que llevaba en su vientre.

"Van a beatificar a Gianna", le dijo Pietro, emocionado, por teléfono. La periodista, atónita, solo atinó a pedirle una última entrevista, ya no en busca de datos biográficos, sino para escuchar un testimonio de Pietro sobre la vida de su esposa.

La pequeña Gianna Emanuella, la bebé por la que Gianna Beretta dio la vida.

Fuente: http://www.aciprensa.com/madres/gianna.htm

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